Grupo de estudio del Sutra de Vimalakirti

Grupo de Estudio
Sutra de Vimalakirti

Durante nuestro último período de ango (práctica intensiva), estudiamos el Sutra de Vimalakirti. Es un texto antiguo conteniendo una expresión profunda, rica y a veces cómica de la enseñanza fundamental del Budismo Mahayana. Vimalakirti es un hombre laico cuya comprensión del Dharma sobrepasa a la de cualquier de los grandes bodisattvas o los más cercanos discípulos del Buda. Vimalakirti aprovecha todas las circunstancias de la vida, incluyendo la enfermedad de su cuerpo para enseñar y ayudar a los demás. El Sutra nos muestra, entre otras cosas, que nuestra propia vida es un campo de acción para salir de la ignorancia egoista y para aliviar el sufrimiento personal y colectiva, y que cada momento en nuestra vida nos presenta un portal para vivir de manera libre.

Aquí compartimos algunas reflexiones de miembros de la sangha que participaron en el grupo de estudio del texto:

“La experiencia de estudiar el Sutra de Vimalakirti en grupo fue tanto gratificante como revelador. Por un lado, el mismo hecho de comprometerme a estudiarlo con otras personas permitió atravesar aquellas resistencias que en muchas ocasiones puedo llegar a sentir al leer un texto ‘complejo’ o ‘pesado’ cuando estoy solo en casa. Me encantó poder escuchar el sentir de los otros y la riqueza que trae el estudiarlo en un campo energético grupal. Siempre me ayudó leer en voz alta cuando consideré que necesitaba mayor atención para una lectura. Por lo tanto, la lectura en voz alta con el grupo permitió que tenga mayor atención al texto y una experiencia sensorial que creo hace más fértil la posibilidad de sentir el texto y no intelectualizarlo. Es en este punto donde encuentro la revelación. Hace ya mucho tiempo que vengo cuestionándome respecto a la distancia que existe entre los clichés, las citas en los medios sociales, y los discursos de vivir el momento, estar en el aquí y en el ahora, etc… y la verdadera experiencia de vivir aquello que estos mensajes intentan expresar. Me parece fácil decir que hay que vivir aquí y ahora, pero me parece difícil vivir aquí y ahora; como me parece fácil decir que hay que sentir el texto y no intelectualizarlo, mas me parece difícil sentirlo y no intelectualizarlo. El estudio de este Sutra fue una bella experiencia que me permitió vivir este cuestionamiento en mi y comprender que esta coherencia surge de un proceso personal y una actitud continua y disciplinada y no así de una decisión. Creo que la practica honesta es la verdadera clave para evitar el auto-engaño y poder vivir aquello que uno entiende. Sin embargo, estoy seguro que el texto se incorpora en mi y seguirá destilando en mi ser, dándome frutos con el tiempo y permitiendo llegar a ese máximo de vivir aquello que intelectualmente comprendo”.

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“En mi tránsito por la lectura en conjunto del Sutra rescataría el compartir lo siguiente:

“En el compartir con la Sangha la lectura, me vienen sensaciones y recuerdos, al llegar al encuentro con todas las ‘prisas y agitaciones’ de lo cotidiano, los momentos de lectura en voz alta, escuchando los diferentes tonos, pausas, formas de leer, el intento de pronunciar nombres o palabras muy complejas, gestos de complicidad y también de incomprensión, al final formas que también me invitaban a observarme por momentos sintiendo algo más de fluidez o por otros momentos como si estuviese entrecortado. Si bien leíamos el Sutra en voz alta, sentía que se creaba una atmósfera de mucho silencio y escucha, que también se presentaba en el momento de compartir el tránsito de cada uno, una forma de cohesión silenciosa recordando la interdependencia. Confieso que sin la Sangha no hubiera leído lo que he leído (y aún así me falto leer), por lo cual agradezco este espacio.

“Con respecto al Sutra y la Enseñanza, más que una comprensión intelectual podría compartir que a medida que iba leyendo o escuchando el Sutra, me venían algunas sensaciones, por momentos expansivas como si sintiera que se abriesen espacios internos y externos (en la imaginación o fantasía según lo extraordinario que se expresaba), por otros momentos, sentir la dificultad de una mente que intentaba seguir o entender y que se veía muy limitada. En general una invitación a continuar el proceso de observación y vivencia, en las experiencias cotidianas pero con un recordatorio que puede ser como un susurro a que la Enseñanza está Presente, en los momentos felices y motivadores como en los momentos tristes y a veces sin sentido”.

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“Después de haber participado de esta y otras lecturas en años anteriores, en presencia de la Sangha, sin la cual no hubiera sido posible expresar una experiencia tan enriquecedora:

“Percibí el estado de impermanencia no sólo de las cosas, sino de nosotros mismos. Comprendí que la Enseñanza Universal es única y no cambia. La batalla del Dharma está en cada segundo de nuestras vidas. En mi caso a través del ‘samu’ del diario vivir, fui asimilando la confusión, el dilema moral de nuestros deberes éticos, elecciones de vida, nuestra debilidad y desesperación por este mundo caótico, de pares y opuestos, falso ego y la esencia verdadera de cada ser que es idéntica en todos.

“Queda claro que nada mejor para nuestra fortaleza interior es el transitar lo más cerca posible por el Óctuple Sendero y las cuatro Nobles Verdades. Son un pilar inimaginable para ayudarnos a trascender esta vida; ir por el camino del Dharma a través de una acción desinteresada, cumpliendo nuestros Cuatro Grandes Votos, que nos sostienen en el día a día en este transcurrir hacia el Aquí y Ahora, en esencia Budha, Dharma, Sangha”.

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“Este período para mi ha sido muy especial, tratando de comprender el hermoso texto. En realidad no hay que darle mucha vuelta a la parte mental, como nos recomienda Sensei. Desde este punto creo que fue muy importante el lograr un grupo para el estudio de este hermoso Sutra, viendo desde la práctica y relacionando el texto en tu vida personal, reconocer que vivimos dentro de las ilusiones constantes y diversas, sumergidos en el mundo de Mara… darnos cuenta que desde este mundo sencillo y de vidas corrientes se puede aportar desde la práctica simple, zazen.

“En mi experiencia, es tratar de seguir, intentando que sea sin apegos, ser un vehículo de simplemente la práctica.

“La presencia del grupo y escuchar el texto leído por diferentes personas de la sangha, el aporte de la experiencia particular en los diferentes momentos del texto han ido enriqueciendo en nuestra propia experiencia desde nuestro momento”.